Hoy, en eco-circular, queremos compartir con vosotros un artículo muy interesante sobre los residuos y la gestión que hacemos de los mismos. El autor de este artículo es Carlos León, Consultor en innovación empresarial de sostenibilidad y desarrollo de la economía circular y su aplicación, para el desarrollo de productos y servicios verdaderamente sostenibles. Es creador de Sustainn, una consultoria que promueve la aplicación de los conceptos de la economía circular, para desarrollar productos y servicios sostenibles que se orientan al aprovechamiento y uso eficiente de recursos y a la eliminación de residuos, desde sus primeras fases de diseño.

¿Y si…dejamos de diseñar residuos?

¿Qué pasa cuando dejamos de utilizar un ordenador? ¿Y con una lavadora? ¿Qué pasa con un bolígrafo gastado? ¿Y con unos vaqueros “pasados de moda”?…

La mayoría de los productos que compramos y usamos, se convertirán al final de su vida útil en residuos. Algunos “afortunados” podrán ser transformados en otros productos, normalmente de menor valor, si algún alma con sensibilidad ambiental encuentra la manera de generar un modelo de negocio con esta transformación. A pesar de esto, normalmente el producto reciclado resultante también terminará siendo desechado al final de su vida útil.

¿Diseñamos productos o residuos?

Si estamos diseñando un producto que va a cumplir su función durante un tiempo corto y limitado y puede, posteriormente, “vivir” cientos de años como residuo si no hay nadie al final del ciclo pensando en como reciclarlo o reutilizarlo…¿estamos diseñando un producto? o, ¿estamos diseñando un residuo? ¿Piensa el diseñador de producto qué va a pasar después de su uso?

Esfuerzos centrados en mejorar la gestión y reciclaje de residuos

Durante décadas nos hemos educado en la filosofía de usar y tirar. Producimos al menor coste posible para continuar con un consumo que se podría calificar como desmesurado en muchas ocasiones. Esto nos ha llevado a la generación de múltiples impactos ambientales (residuos, vertidos, emisiones) y a esconder los desperdicios de nuestro consumo en almacenes lejanos a nuestra vista para no sentirnos incómodos. A pesar que desde la Unión Europea se aprobó el pricipio de jerarquía de residuos hace años, la práctica del mismo y de la prevención de residuos desde el diseño es muy poco frecuente. El paquete de Economía Circular lanzado por la UE en diciembre de 2015 incluye propuestas de revisión de legislaciones en la gestión de residuos, definiendo objetivos específicos para la reducción de residuos municipales y envases para 2030, centrados principalmente en potenciar el reciclaje y reducir el depósito en vertedero. Promueve la transformación de residuos en recursos a través de requisitos generales para la Responsabilidad Ampliada del Productor (principalmente RAEE’s, baterías y acumuladores). Ver el gráfico siguiente

Figura 1. Mapa Visual Paquete Economía Circular UE (Fuente: CSR Europe)

Además, establece un plan de medidas sobre el Ecodiseño para 2015-2017 para promover la reparabilidad, durabilidad y reciclabilidad de los productos, pero no se definen objetivos específicos en evitar la generación de residuos desde el diseño.

No sólo mejorando el reciclaje resolvemos el problema de los residuos

Puede ser discutible que los objetivos de la Unión Europea para la gestión de residuos hasta 2030 sean o no ambiciosos, pero parece claro que el ritmo de generación de residuos en el planeta es mucho mayor que la velocidad a la que podemos transformar los residuos en recurso en algunas regiones del mundo.

“By 2100, the growing global urban population will be producing three times as much waste as it does today if business continues as usual (*)”

(*) “What a Waste: A Global Review of Solid Waste Management”. 2012. The World Bank

Necesitamos, por tanto, ir más allá de mejorar la gestión de residuos y potenciar el reciclaje…

¿Qué pasaría si gran parte de este esfuerzo dedicado a buscar opciones para dar un valor a un residuo, se dedicase a pensar desde cero en mejores productos y servicios? ¿Qué pasaría si miles de personas pensasen en no generar residuos?

La Economía Circular como herramienta para no generar residuos desde el diseño

Es el momento de pensar mejor desde las etapas tempranas del diseño, de reconcebir los sistemas actuales y pensar en el mejor residuo, aquel que no se genera.

La Economía Circular nos ofrece la posibilidad de diseñar productos que al final de su vida útil no se conviertan en residuos y de esta manera generemos un impacto ambiental positivo desde el diseño. Así, los materiales utilizados en un ordenador, una lavadora o un bolígrafo podrían pasar a tener infinitas vidas, si desde el momento de su concepción pensamos que así sea.

La única manera que esto sea posible es analizar cómo los componentes de estos productos deben ser diseñados para el mantenimiento, reutilización, desmontaje, refabricación, reciclaje… Tratando de eliminar, idealmente, todos los residuos en las diferentes etapas de fabricación del mismo. Solo de esta manera, conseguiremos productos “realmente sostenibles”, es decir, económica, social y ambientalmente sostenibles.

Pensemos “circular”

Es el momento de pensar “circular” (Circular Thinking), de conectar todo el conocimiento, creatividad, experiencia y talento de millones de personas, de todos los grupos de interés involucrados en el desarrollo y vida de productos (diseñador, fabricante, distribuidor, usuario, etc) para reducir, desde el diseño colaborativo y integrando el enfoque de la experiencia de usuario, el ritmo de utilización de recursos naturales y de la generación de residuos.

Para ello es clave, la utilización de procesos y metodologías para el diseño de productos y servicios cero residuos competitivos (Zero-Waste Systems Engineering) que integren ese pensamiento circular (Circular Thinking) para reducir el ritmo de generación de residuos a través del diseño colaborativo.

El ideal de una sociedad cero-residuos nos debe inspirar a dar pequeños pasos en esa dirección. Cada minuto de esfuerzo invertido en pensar “circular” a la hora de diseñar un producto evitará toneladas futuras de esfuerzo para mejorar la gestión de residuos.

Carlos León

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