A medida que avanza a lo largo de todo el mundo la implementación de la economía circular y la preocupación de instituciones, empresas y organizaciones en general por la sostenibilidad y los objetivos de desarrollo sostenible, crece la preocupación por medir la circularidad y sostenibilidad y por integrarlas adecuadamente en el desarrollo de sus productos y servicios.

¿Qué significa qué un producto sea sostenible?, ¿cómo mido la sostenibilidad de mi producto o mi servicio?, ¿será más circular utilizando un material concreto?, ¿es más sostenible un material u otro?, ¿es más circular una tecnología de fabricación que otra? Preguntas como estas surgen cuando el mercado, sector o tendencias legislativas empiezan a demandar requisitos de sostenibilidad y circularidad. Y eso, más allá de utilizarlo para mejorar la imagen de una organización de manera más o menos sincera, está llegando.

Para responder a estas cuestiones, se deben desarrollar metodologías y herramientas que ayuden a medir la sostenibilidad y circularidad de manera precisa, así como a integrar adecuadamente ambas desde las fases tempranas del diseño y desarrollo de un producto o servicio, considerando el triple impacto en las dimensiones económica, ambiental y social, a lo largo del ciclo de vida completo de producto o servicio.

En este sentido, uno de los enfoques más claros a seguir es el que plantea el análisis de sostenibilidad del ciclo de vida o LCSA (Life Cycle Sustainability Assessment), concepto definido por United Nations Environment Programme, en colaboración con SETAC (Sociedad para la Toxicología y la Química Ambientales).

La evaluación de sostenibilidad del ciclo de vida se refiere a la evaluación de todos los impactos y beneficios ambientales, sociales y económicos en los procesos de toma de decisión para el desarrollo de productos y servicios sostenibles a lo largo de todo su ciclo de vida.

Como muestra la siguiente figura, la metodología LCSA consiste en aunar los siguientes conceptos relativos a la evaluación del impacto ambiental, económico y social de un producto o servicio.

• Análisis del impacto ambiental (Life Cycle Analysis, LCA)
• Análisis del coste (Life Cycle Cost, LCC)
• Análisis del impacto social (Social Life Cycle Assessment, SLCA)

Los principales beneficios de la aplicación de esta metodología son:

• Permite evaluar de forma estructurada los indicadores ambientales, económicos y sociales más relevantes de la actividad, producto o servicio desarrollada por una organización
• Permite evaluar la coherencia de productos con la estrategia e indicadores de sostenibilidad y competitividad de la organización
• Ayuda a seleccionar las tecnologías, productos, componentes y materiales más sostenibles
• Aumenta la transparencia y credibilidad de las organizaciones
• Ayuda al cliente a la compra de productos más sostenibles

La aplicación de esta metodología, el desarrollo de las herramientas adecuadas y selección de los principales indicadores en cada dimensión, se deben implementar adhoc para cada organización, ya que dependerá de la actividad y producto o servicio que desarrolle. A continuación se muestra un ejemplo de datos necesarios para un estudio de LCSA.

Además, se podrían incluir sobre esta metodología, otros parámetros fundamentales para asegurar la competitividad de productos y servicios, relacionados con la calidad y prestaciones del producto o servicio, así como su plazo de desarrollo.

Existen, por tanto, metodologías y herramientas que ayudan a las empresas a diseñar productos más sostenibles y, a usuarios y consumidores, a exigir una mayor sostenibilidad en los productos o servicios que demandamos.

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