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¡Y todo volverá a ser guay!

 Carmen y Benja, España, Esperanza, Italia y Inés, Portugal. Los perros: Bob (Cataluña), Briko (Itália), Lola (Itália) y Roni (Vigo)

La pandemia nos está dando una dura lección y haciendo milagros en la naturaleza.

¿Será que vamos aprender o volveremos a hacer todo cómo antes?

En este mes de marzo 2020, estamos viviendo el miedo provocado por una crisis sanitaria sin procedentes, en la historia de los siglos XX y XXI. La propagación del CODIV-19, adquirió en poco más de 2 meses, una dimensión global, afectando a todos, sin elegir, nacionalidad, status social, desarrollo tecnológico, educación o poder económico.

La movilidad mundial y las fronteras que abolimos, han convertido el mundo en una Aldea Global, que nos trae muchas ventajas económicas, científicas y culturales, pero que no estaba preparada para afrontar una pandemia, que justamente se serviría de esa globalidad, para expandirse desde Wuhan, China, hasta los cinco continentes, con un fuerte epicentro en Europa, concretamente en Italia y España.

Perplejos y muy asustados, nos estamos atrincherando en nuestras propias casas por  Real Decreto, unos más sensatos que otros, que siguen teniendo comportamientos de riesgo, pero todos impotentes e incapaces de autodefenderse. No podemos hacer nada más que confiar en nuestros gobernantes, en los científicos y personal sanitario, para protegernos y derrotar esta amenaza.

Estamos suspendidos en el tiempo. Carreteras vacías, bares y terrazas desiertos, tiendas, cinemas, espectáculos, todo cerrado… me acuerda un documental a que asistía hace pocos años y que nos enseñaba como evolucionaría la tierra sin el hombre…Seguro que algunos de vosotros os acordáis de ello.

¡En realidad… no hace falta más de dos meses para notarse la diferencia!

Y de eso trata este artículo, que se centrará en las siguientes cuestiones que caracterizan este momento:

  • ¿Un paro general puede salvar el planeta del cambio climático? 
  • ¿Hay otros benéficos del coronavirus para el medio ambiente? 
  • ¿Por qué el codiv-19 podrá ser un empujón significativo en la defensa de los animales salvajes?
  • Impactos políticos sociales y económicos del CODIV-19.

¿Un paro general puede salvar el planeta del cambio climático?

Ya están disponibles datos objetivos que comprueban que el confinamiento y el cese de actividad en todos los sectores no prioritarios, así como del tráfico en las grandes urbes, está teniendo efectos muy positivos en la reducción de las emisiones de GEI. Justo ahora, cuando no podemos salir a la calle, el aire se vuelve más puro y respirable.

Los primeros datos, comprobados igualmente por imágenes obtenidas por satélites, son de China[1], donde el cierre de fábricas y comercios en junto a las restricciones a la movilidad impuestas para hacer frente a la epidemia de covid-19, se ha traducido en una bajada sustancial en el consumo de combustibles fósiles y producido una reducción de al menos 25% en sus emisiones de CO2.

Fig.1 Emisiones de dióxido de nitrógeno en enero (izda.) y en febrero de este año (dcha.)   –   Derechos de autor  Imágenes del Observatorio de la Tierra de la NASA por Joshua Stevens, usando datos modificados del Copernicus Sentinel 5P procesados por la Agencia Espacial Europea.

Según Myllyvirta, (CREA), se “calcula que durante las últimas tres semanas China emitió 150 millones de toneladas métricas (mtm) de CO2   menos que durante el mismo período el año pasado”. Para que hagáis una idea, 150 mtm es más o menos el equivalente a todo el dióxido de carbono que la ciudad de Nueva York emite durante un año.

Así que, una reducción del 25% de las emisiones de China equivale a una reducción del 6% global.

En la última semana, ha sido la Agencia Espacial Europea (ESA) a divulgar imágenes de satélite, que muestran una disminución significativa en el norte de Italia de la concentración de contaminantes como el dióxido de nitrógeno (NO2), también un GEI. Esta reducción, en menos de un mes, se debe, tal como en China, a las restricciones impuestas a los desplazamientos y al hecho de muchas plantas y empresas se haber cerrado, dejando de consumir energía y de emitir gases contaminantes a la atmósfera.

Fig.2 última fecha facilitada satélite Sentinel-5P) coincidiendo con las medidas frente al coronavirus. / ESA/Copernicus.

Queda así irrefutablemente comprobado que estos resultados positivos, se deben a la pandemia y que seguirán ocurriendo, a la medida que esta se está extendiendo y los gobiernos decretando el estado de emergencia y el confinamiento obligatorio, en los demás países.

Como afirmó CLAUS ZEHNER Gerente de la misión Copernicus Sentinel-5P de la ESA:

“aunque podría haber ligeras variaciones en los datos debido a la capa de nubes y al cambio climático, estamos muy seguros de que la reducción de emisiones que podemos ver coincide con el bloqueo en Italia que causa menos tráfico y actividades industriales”.

Todos sabemos que uno de los objetivos de desarrollo sostenible es detener el cambio climático, a través de la reducción significativa de las emisiones de GEI[2] .

Los valores obtenidos en 2019, atribuyan a España, una reducción de emisiones de un 5,8% frente a un escaso 1,7% en el año anterior. Con la pandemia, se espera una caída aún más espectacular, en 2020. Sin embargo, España lleva casi dos semanas de cuarentena, siendo todavía temprano avanzar con previsiones para un año.

La vanguardia, notició el 24M que:
“La contaminación del aire se reduce hasta un 83% en las ciudades españolas. Donde más han bajado ha sido en Barcelona, con un 83%. En Madrid, la reducción ha sido de un 73% y en València, de un 64%.”

Como afirma Fernando Prieto[3]: “Al caer la actividad económica, así como el uso del transporte para evitar desplazamientos, junto a un menor consumo de energía, las emisiones caerán este año en todo el mundo y en España”.
Volviendo un par de meses atrás, los valores muy positivos de 2019, en lo que respecta a la reducción de las emisiones de GEI, se explicaban por las medidas tomadas en materia de “descarbonización”, en particular el cierre de varias centrales térmicas y la sustitución del carbón por gas natural. De este modo, el dióxido de carbono expulsado por el sector eléctrico cayó en 2019 más de un 33%.

Estas medidas, fueron impulsadas también por el efecto disuasor de la subida del precio de la tonelada del CO2 en el mercado de carbono[4] (compra y venta de derechos de emisión), lo que ha hecho que la generación de electricidad a partir del carbón, dejase de ser rentable frente a otras opciones como la producción con gas natural o las renovables.

“El hecho de contaminar empieza a ser más caro, lo cual es muy bueno para la lucha contra el cambio climático” (Fernando Prieto).

Para José Santamarta[5]:

El coronavirus tendrá mucho impacto en las emisiones de España” (…) el efecto del coronavirus sobre las emisiones del país será mayor que el del carbón este año” (refiriéndose a 2019)

No obstante, no podemos creer que el CODIV-19, será la solución, aunque envenenada, para frenar el cambio climático, porque vencida que esté esta dura batalla, se mantuviéremos el mismo comportamiento y estilo de vida, rápidamente se repondrán los niveles de emisiones anteriores.

Además, se están diseñando programas de ayuda financiera, técnica y humanitaria, un poco por todo el mundo, para asegurar una recuperación económica rápida tras la crisis sanitaria, por lo que este alivio temporal en las emisiones de GEI, puede revertirse en aumento significativo de las emisiones en la 2ª mitad del año.

Miremos, el ejemplo chino, que está ahora empezando a tener un cuadro más animador en el combate a la pandemia.

Para estimular la economía y disminuir las pérdidas ocasionadas por la crisis, el gobierno está haciendo todos los esfuerzos necesarios para garantizar el despliegue de la producción, en las plantas ubicadas en las áreas menos afectadas. Para ello, está movilizando una logística que incluye aviones, trenes y buses especiales, con lo cual se dará un crecimiento significativo del consumo de combustibles fósiles. Sabiendo, además, que China es uno de los países que presenta un mayor uso del carbón en su mix energético, alcanzará rápidamente niveles de emisiones de CO2, tanto o más elevados que los anteriores a la pandemia.

Por los motivos apuntados, la conclusión es que la reducción en las emisiones de C02, no es permanente. Y dejando seguir el modelo económico a que la mayoría de los países, están vinculados, corremos el riesgo de tampoco ser por demás significativa en el compto de las emisiones totales del año de 2020. Esta opinión, ha sido presentada por Joeri Rogelj[6]

Sin embargo, hay otra corriente más optimista, protagonizada, por Dominic Moran[7], que no defiende un “derroche de rebote después” del coronavirus.

Este suceso sin precedentes, está haciendo con que la economía mundial se esté cerrando poco a poco, irguiendo barreras políticas y sanitarias que impiden el desplazamiento de las personas. Las compañías aéreas están casi paradas, algunas de ellas ya han sufrido bancarrota, como la compañía británica Flybe que se declaró en quiebra este 5 de marzo. Y

las cosas ya no van a volver a ser iguales” (Dominic Moran)

La clave para reverter la situación estaría en un posible cambio de comportamiento por parte de los consumidores, a nivel mundial, ya sea como resultado del impacto económico de la crisis o de una mayor toma de conciencia. En un escenario así, pudríamos esperar que la pandemia aportase un impacto sostenido, con una menor demanda de combustibles fósiles.

Por ejemplo, si debido a ella, disminuir el poder adquisitivo de las familias, afectadas por salarios no pagados y despidos, disminuirá, por consecuencia el consumo y por lo tanto la recuperación industrial no se hará a un ritmo acelerado.

Analizando la cuestión, del punto de vista comportamental, Moran defiende que la crisis pandémica, hará cambiar a largo plazo el comportamiento y los hábitos de consumo de las personas, por ejemplo, haciéndolas pensar dos veces antes de emprender un largo viaje que podrá terminar en una cuarentena.

Sin garantía de que se pase algún o ambos escenarios presentados, el alcance que tendrá la reducción de las emisiones de CO2, a causa de coronavirus, dependerá sobre todo de la extensión y duración de la crisis.

En España, el gobierno ha comunicado, el 22M, que la emergencia pandémica se extenderá, por lo menos, por más 15 días.

Para Myllyvirta:

“Reducir un 25% el consumo de energía de China y sus emisiones durante dos semanas solo reduce las cifras anuales en aproximadamente 1%

Pero si la crisis se extiende, o termina paralizando importantes sectores en otros países, como está ocurriendo ahora mismo, la reducción de emisiones podría acabar siendo verdaderamente significativa para los volúmenes anuales.

¿Hay otros benéficos del Coronavirus para el medio ambiente?

Por supuesto que el medio ambiente saldrá con un saldo bastante positivo de esta crisis que afecta específicamente al hombre.

El descenso significativo de la actividad humana en todo el planeta, sobre todo en los países más industrializadas y urbanizados, donde se concentran las mayores masas humanas, ha traído, en pocas semanas, cambios significativos:

  • Un descenso apreciable de la contaminación del aire, especialmente debido a la reducción de las emisiones de NO2, se ha observado en grandes zonas urbanas de China y Italia. Lo mismo irá ocurriendo seguramente en España, en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia.
  • La contaminación de los ríos que cruzan dichas ciudades, también está disminuyendo, acusando la ausencia de tráfico y de turistas. Véase el caso de Venecia, cuyos canales siempre llenos de basura, se están descontaminando como se puede comprobar en las imágenes que se están compartiendo diariamente en las redes sociales.

Fig.3 Lo antes y lo después de los canales de Venecia.

Algunas de las imágenes difundidas, por vecinos de esta ciudad, muestran que, en algunas zonas, el cambio ha sido tan profundo, que el agua prácticamente transparente de los canales acoge ahora cuantidades importantes de peces e incluso se han avistado algunos delfines, procedentes presumiblemente de la laguna de Venecia y el mar Adriático.

Fig.4 Canales limpios, delfines en los puertos. El impacto del Coronavirus en las aguas de Itália

Estos acontecimientos, en tan corto espacio de tiempo, deberían hacernos reflexionar sobre la explotación intensiva y predadora, que el turismo, actividades comerciales e industriales, están causando en ciudades emblemáticas, como es el caso de Venecia.

Terminada que esté está crisis, urge revisar en definitivo las políticas y acciones de los responsables y partes interesadas locales, definiendo reglamentación más eficaz para proteger la vida animal y la naturaleza en nuestras ciudades.

No podemos dejar que la contaminación regrese. El CODIV-19, debe ser una palanca para que todos cambiemos nuestro estilo de vida de ahora en adelante.

Como ha dicho Marta Vigneri en una crónica publicada en TPI.it , el 16 M:

“Parece que la cuarentena es un incentivo para reflexionar sobre la necesidad de desacelerar nuestros estilos de vida para preservar la naturaleza y el medio ambiente. Una lección para recordar cuando la emergencia hay terminado”.

¿Por qué el codiv-19 podrá ser un empujón significativo en la defensa de los animales salvajes?

Los científicos sospechan que fue en un mercado de mariscos de la ciudad china de Wuhan donde se originó el brote del coronavirus. Este mercado, se conocía por albergar el comercio ilegal de animales salvajes como serpientes, mapaches, puercoespines, entre otras especies silvestres.

Estos animales, se presentaban ahí encerrados en jaulas, sin las mínimas condiciones de higiene y salubridad, desconociéndose su proveniencia y eventuales enfermedades, para ser vendidos como alimento o para uso en la medicina tradicional china.

Fig.5 Animales salvajes enjaulados en el mercado

Por razones históricas y culturales, China sigue, al día de hoy, siendo el mayor consumidor mundial de productos provenientes de la matanza de animales salvajes, tanto legal como ilegal.

A esta tradición, se llama de yewei[8], que culturalmente significa una mezcla de aventura, audacia, curiosidad y privilegio.

Los restaurantes, sirven platos como sopa de murciélago, sopa hecha con testículos de tigre o partes del cuerpo de la civeta de palma. La cobra frita, la pata de oso estofada, el vino elaborado con hueso de tigre también están en el menú de los restaurantes de alta categoría.

Los productos de animales salvajes, se usan igualmente en medicinas tradicionales chinas, por la creencia de que tienen poderes curativos sobre varias enfermedades.

Fig.6 Los productos de animales salvajes para alimentación o para fines medicinales son una gran industria en China.

En este contexto, las organizaciones internacionales de protección de los animales salvajes, vienen alertando, hace mucho, para el peligro de extinción de las especies más demandadas por el mercado chino, de que son ejemplos:

  • los pangolines (por sus escamas), casi extinguidos en China y que se están cazando

ahora en otras regiones de los países asiáticos vecinos.

  • El rinoceronte, cuyo cuerno, se usa en la medicina china.

Organizaciones prestigiadas, a nivel mundial, como es el caso del World Wide Fund for Nature (WWF), defienden que hay que:

 “poner fin al uso no sostenible de animales en peligro de extinción, como mascotas exóticas, para el consumo de alimentos y por su valor medicinal”.

 Sin embargo, se sigue haciendo.

Y, encima, se estima que 70% de las infecciones emergentes en los seres humanos, provienen de animales, particularmente de los salvajes. Como ya ocurrió en otras epidemias, de que son ejemplos el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS) que se originaron en los murciélagos, pero saltaron a los humanos a través de gatos de civeta y camellos, según la OMS.

La componente de las ganancias tampoco se debe menospreciar, se calcula que el comercio ilegal de vida silvestre vale alrededor de US$ 20.000 millones y es el cuarto comercio ilegal más grande después de las drogas, el contrabando de personas y la falsificación.

El brote del coronavirus en la provincia de Wuhan, ha puesto de nuevo el dedo en la herida y no basta decretar una prohibición temporal, como hizo el gobierno chino, mientras se está combatiendo el virus.

Esta es la oportunidad definitiva para que tales prácticas sean prohibidas permanentemente, evitando la extinción de las especies atingidas, y al mismo tiempo garantizando la sanidad para el hombre.

Ya no se trata de un problema exclusivo de un país… Como estamos asistiendo por estos días, cualquiera se puede contagiar, no solamente en China, pero en todo el mundo, porque un virus no entiende de fronteras, ni de poblaciones y tampoco diferencia hábitos culturales.

Esperemos que China lo entienda por fin y que el brote pandémico, les sirva de lección para terminar ya con el comercio de animales salvajes, que en muchos casos se considera ilegal, pero que las autoridades siguen admitiendo pasivamente.

Sin querer mencionar solamente a China, la prohibición y la reglamentación de los productos, para que no incorporen animales silvestres, deberá hacerse a la escala global. Pero, siendo China el mayor mercado mundial de productos de animales salvajes, tendrá de dar el ejemplo y liderar esta iniciativa.

Impactos políticos sociales y económicos del CODIV-19

 Mientras científicos y médicos luchan para erradicar la pandemia, sociólogos, psicólogos y economistas reflexionan sobre los impactos que ella está teniendo en nuestra sociedad globalizada y los que se seguirán, tras la larga cuarentena mundial forzada.

Se prevé una crisis severa para las empresas que no están produciendo, para los servicios, comercio y turismo. Se teme los despidos y el consecuente empobrecimiento de las familias.

El PIB irá bajar proporcionalmente a la disminución de las emisiones de CO2, según Pep Canandell, director ejecutivo del Global Carbon Proyect.  De hecho, el PIB mundial y los gases de efecto invernadero están fuertemente conectados, siendo el objetivo de las acciones para combatir el cambio climático, conseguir desacoplar ambos indicadores.

De acuerdo con la experiencia cogida de otras crisis, aunque ninguna de ellas con la dimensión de la actual, en los años de recuperación, que se les siguieron ocurrió un efecto rebote.

Dicho efecto, se ha producido en la recesión global de 2008, que ocasionó una reducción mundial de 1% de GEI. Pero 3 años vueltos, la recuperación, catalizada por los incentivos económicos, elevó las emisiones de CO2 a su ritmo de crecimiento anterior.

Fig.8 Variación del PIB real, emisiones de GEI e intensidad de las emisiones de GEI en la UE, 1990-2015

En la crisis actual, ya se están diseñando propuestas de incentivos y apoyos para contrarrestar el descenso del PIB. Estas medidas, irán, sin duda, proporcionar un respiro económico y social, pero, por otra parte, multiplicarán las emisiones en la 2ª mitad del año de 2020 y siguientes, quitándole el beneficio cogido durante la cuarentena.

Tatiana Nuño, experta en cambio climático de Greenpeace, afirmó que:

“Se debería aprovechar esta crisis para no reactivar la economía como la teníamos hasta ahora”.

 António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, en la conferencia de prensa para presentar el informe de seguimiento de los impactos de la crisis climática[9] (OMM), pidió que no se “sobrestime” el efecto de la epidemia en la reducción de las emisiones mundiales y que los países que no se distraigan en la lucha contra el calentamiento y la desigualdad.

Los activistas contra el cambio climático, temen que la crisis del coronavirus se vuelva una excusa para retrasar las políticas de transición, hacia una economía circular y sostenible.

Se pueden retrasar políticas de transición energética, de modo a apoyar la industria, en particular, seguir usando combustibles fósiles, como ocurrió en crisis anteriores.

No obstante, la crisis pandémica, tiene a su favor un contexto distinto, en lo cual las políticas de energía y clima ya están en marcha en muchos sectores de actividad, contando con apoyos políticos, económicos y con el ejemplo de grandes compañías nacionales y multinacionales. Por lo tanto, el camino ya recurrido, no será tan fácilmente olvidado o abandonado. Además, las energías renovables son actualmente cada vez más competitivas frente al sector de los combustibles fósiles.

El dilema

Seguramente, la decisión de cerrar ciudades que mueven el mundo como Nueva Iork, Londres, Roma, Paris o Madrid, en un análisis simple de costo-beneficio, ha parecido, a algunos líderes políticos, economistas, sociólogos, inversores y empresarios, una perfecta locura.

La razón objetiva político – económica, ante el crecimiento inicial de los casos de coronavirus, optó por mantener la “vida normal” en estas urbes, ya que los daños colaterales de un paro casi general, se figuraban seguramente mayores que la multiplicación de los contagios.

Encima, había la creencia que la epidemia era controlable, contando que se identificase de inmediato el grupo de relaciones de los Covid – 19 positivos, y que se les aislase en cuarentena.

No se contó todavía con la rápida movilidad universal de las personas y la multiplicación exponencial de sus contactos con compañeros de trabajo, familiares, amigos o simples viajeros de un avión, tren, metro o autobús.

Un análisis simple de costo-beneficio siempre omite muchos impactos potencialmente importantes.

Cómo sabéis, países como EEUU, Reino Unido y Brasil, retrasaron lo más que les fue posible la cuarentena, en beneficio de la economía, mientras otros, como Portugal, la instauraron un poco más temprano, mirando al desastre que ya estaba ocurriendo por toda Europa, y poniendo por encima de la economía, los valores sociales y la protección de la vida humana.

Sin embargo, en las últimas 2 semanas, hemos asistido a cambios significativos en las actitudes de los líderes mundiales, que demuestran bien, como estaba errada la teoría economicista.

La Administración Trump, giró 180 grados, desde una posición inicial de “no paramos la economía”, hasta decidir apoyar el confinamiento de las personas. El presidente Macron, también ordenó el cierre completo de Francia y mismo Boris Johnson, Reino Unido, defensor de la “selección natural para crear inmunidad colectiva” ya se vio obligado a cambiar de opinión, recomendando a sus compatriotas quedarse en casa.

Con todo lo que sabemos hoy, la solución menos dañosa, apunta en una sola dirección:

el cierre lo más temprano posible.

Sus beneficios incluyen evitar un crecimiento implacable de las infecciones de aproximadamente el 33% por día y la consecuente falencia de los servicios de salud y seguridad, instalándose una peligrosa situación de colapso generalizado.

Los lugares que cerraron antes , principalmente Hong Kong y Singapur, pero también Corea del Sur, experimentaron enormes costos. Lo que evitaron fue costos aún mayores, por no mencionar las muchas más muertes.

La fragilidad de los habituales grupos sociales

Como sería de esperar, serán los más pobre y vulnerables los que más sufrirán con esta tragedia mundial. Las chances de supervivencia y recuperación de los ricos, son incomparablemente mayores, sea del punto de vista de la salud física y mental, sea en términos económicos. Por lo tanto, será fundamental desarrollar medidas eficaces de intervención social.

Algunas ya están en marcha, durante la cuarentena:

  • apoyo a mayores, llevando la compra a sus domicilios, medicinas, etc.
  • Alojamiento de los sin abrigo y soporte alimentario;
  • Apoyo a las familias que siguen trabajando, en la asistencia y cuidado de sus menores;
  • Apoyo psicológico a enfermos y familiares.

https://www.arrelsfundacio.org/es/coronavirus/

Pero estas medidas no se pueden detener en la fase de recuperación, donde se espera un aumento de los problemas económicos, sociales y de salud mental.

Nuevas actitudes y realidades post coronavirus

Según la profesora de economía, Mariana Mazzucato[10] sobrepasada que esté la crisis pandémica, la intervención que deberán tener los distintos gobiernos para estimular la economía en todo el mundo requiere un marco muy diferente.

La crisis que estamos viviendo, es una oportunidad irrefutable para cambiar el rol de los gobiernos y las medidas que deben tomar, para prevenir y afrontar impactos con la dimensión del COVID-19.

El modelo de capitalismo actual, en lo cual los líderes políticos de los países están formateados para reaccionar, no tiene capacidad de respuesta para sucesos con esta gravedad y dimensión global.

El papel de los gobiernos, debería ser, según Mariana:

“(…) en lugar de simplemente corregir las fallas del mercado cuando surgen, deberían avanzar hacia la conformación activa y la creación de mercados que generen un crecimiento sostenible e inclusivo”.

Además, es su opinión, que la gobernación tiene que garantizar un uso correcto, por parte de las empresas/organizaciones, de los fondos de apoyo que les serán concedidos, para que estos recursos financieros promuevan el interés público y no se centren exclusivamente en las ganancias particulares.

Dijo aún Mariana Mazzucato:

“A medida que las empresas, desde las aerolíneas hasta el comercio minorista, vienen pidiendo rescates y otros tipos de asistencia, es importante resistirse simplemente a repartir dinero. Se pueden establecer condiciones para garantizar que los rescates se estructuran de manera que transformen los sectores que están ahorrando para que se conviertan en parte de una nueva economía, una que se centre en la estrategia ecológica de reducir las emisiones de carbono y al mismo tiempo invertir en los trabajadores, y asegurándose de que puedan adaptarse a las nuevas tecnologías “.

La profesora Simone Abram[11], a su vez, escribió, en un artículo publicado en Conversación, donde  expone su teoría para que las emisiones de CO2 no reboten, por vía de la recuperación económica del coronavirus:

“Es fenomenalmente importante para las personas volver a la vida social después de que termine el ‘distanciamiento social’, pero podemos hacerlo en base a nuevas prioridades: socializar y disfrutar de las artes y la música localmente o a través de transmisiones en vivo, y dejar de lado las visiones del siglo XX de un futuro basado en un crecimiento ilimitado, viajes ilimitados y consumo ilimitado.

La lección, que nos da la pandemia, aplicase igualmente a la actitud ante el cambio climático:
omitir la acción temprana ya ha demostrado causar aún más dolor. Sea la muerte de más un ser humano, sea la del planeta.

Bibliografía:
https://www.lavanguardia.com/natural/20200316/474188625832/contaminacion-aire-coronavirus-imagenes-satelite-italia-esa.html
https://www.corresponsables.com/actualidad/ods13-emisionesCO2-caen-2019-bajaran-mucho-mas-covid-19
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/03/12/companias/1584027889_836202.html
https://www.bbc.com/mundo/noticias-51664432
https://www.heraldo.es/noticias/sociedad/2020/03/21/asi-se-han-reducido-en-italia-las-emisiones-de-contaminantes-por-las-medidas-contra-el-covid-19-coronavirus-1365062.html
https://www.ambientum.com/ambientum/contaminacion/dudoso-impacto-coronavirus-frente-a-la-crisis-climatica.asp
https://www.observatoriosostenibilidad.com/2020/03/12/adios-carbon-adios/
https://www.bbc.com/mundo/noticias-51357802
https://www.lavanguardia.com/natural/20200317/474234537648/canales-de-venecia-con-aguas-limpias-y-peces-por-el-confinamiento-del-covid-19.html
https://www.carbonbrief.org/daily-brief/coronavirus-outrage-as-trump-asks-for-3bn-to-boost-oil-producers-amid-stock-plunge
https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-03-20/the-virus-is-teaching-everyone-what-runaway-growth-really-means
https://blog.selfbank.es/cagr-tasa-de-crecimiento-anual-compuesto/
https://www.linkedin.com/feed/update/urn:li:activity:6646746199330222080
http://nuestrofuturocomun.com/coronavirus-y-cambio-climatico-dos-problemas-bien-distintos/
[1] Cálculos de Lauri Myllyvirta, del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), con sede en Estados Unidos.
[2] ODS 13 – Acción por el clima.
[3] Director de este laboratorio de ideas o “think tank” sobre sostenibilidad.
[4] En 2019, el precio medio alcanzaba los 24,84 euros por tonelada (un 56 % más que en 2018), según datos de SENDECO2 (Sistema Europeo de Negociación de CO2).
[5] economista y responsable del informe sobre la evolución en 2019 de las emisiones del Observatorio de la Sostenibilidad.
[6] experto en cambio climático y medio ambiente del Imperial College de Londres.
[7] profesor de Economía Agrícola y de Recursos en la Universidad de Edimburgo, Escocia.
[8] gustos salvajes.
[9] Informe realizado por la Organización Meteorológica Internacional.
[10] Artículo publicado en “The Guardian”.
[11] codirectora del Instituto de Energía de Durham en la Universidad de Durham

Luisa Abreu

Consultora en sistemas de gestión, E.C. y Sostenibilidad

linkedin.com/in/luisa-abreu-ramos-a47505121/

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