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Hacia un Mundo de empresas con impacto

Parece que empezamos a ver la luz al final del túnel con todo el tema del Covid-19, aunque aún falte un tiempo para desarrollar la cura y poner punto final a esta crisis Mundial.

Esta crisis me ha servido para reflexionar bastante sobre el impacto que tienen y deben tener las empresas en nuestra sociedad. Y esto es de lo que quiero hablar hoy.

Al principio de la crisis vimos cómo rápidamente muchas empresas se apuntaron al carro de los ERTO para evitar hacer una reflexión interna y mirar de salvar el trabajo del mayor número posible de trabajadores. Era la salida rápida, el “salvar los muebles” de la empresa, una medida “tradicionalista” de recortar gastos, empezando por los trabajadores.

Con ello no quiero decir que los ERTO no fueran la solución que debían tomar las empresas; tengo varios compañeros y compañeras que lo han tenido que aplicar pues no había otra solución para tirar adelante (y aún así, algunos de ellos no han podido volver a levantar la persiana). Lo que me sabe mal es lo que comentaba anteriormente, que haya sido el recurso “fácil” para muchos, y la primera opción.

Seguimos, en muchos casos, encallados en el concepto que la empresa es una agrupación de personas cuyo objetivo principal (y en muchos casos único) es maximizar el beneficio económico. Realmente me sabe mal que con toda la capacidad del ser humano y toda su evolución, aún tengamos un objetivo tan simple como es el de hacer dinero (que es necesario en nuestra sociedad actual).

Pero durante esta crisis también ha sido el momento de ver que había otro tipo de reacciones empresariales a la crisis. Gente con empresas que han decidido ponerse al servicio de la sociedad, y han estado desarrollando mascarillas, material sanitario, o sencillamente han estado cuidando de sus vecinos o gente en riesgo de exclusión social, como el proyecto Homeless Entrepreneur, quien se ha dedicado a buscar un hogar durante el confinamiento a aquellas personas que viven en la calle.

Así que hoy quiero hacer una reflexión sobre estas segundas empresas, y el papel que toda organización (y el marketing, por extensión y dedicación), deben aportar a esta sociedad.

Toda empresa debe dedicarse a las personas: sus trabajadores, sus clientes y su entorno social

Esta frase para mi es capital. ¿Y qué significa? Que la empresa es, ante todo, una organización compuesta por personas. Y como tal, debe servir a las personas (aunque a algunos les encantaría que solo la formaran máquinas y así ahorrarse todo el salario de personal) Servir a las personas quiere decir que la empresa debe ser un espacio donde cada ser humano pueda desarrollar su potencial (no solo su productividad) en mejorar su vida y la vida de las personas a las que sirve la empresa.

Además, la empresa debe impactar positivamente en el entorno en el que se rodea. Debe ser un punto de anclaje entre sus vecinos, tejiendo red y generando barrio y/o comunidad. Debe ser un espacio donde poder ayudarnos.

Y esto lo podemos aplicar en todos los sectores. Si hacemos ropa, queremos fabricar una ropa que sea útil para las personas que la van a usar, que sea duradera, que usemos tejidos que no dañen la piel, producidas en condiciones de trabajo justo etc.

Si tenemos una cafetería o una panadería, debemos servir los productos que le daríamos a nuestros familiares. Un producto sano, nutritivo, sin procesados… Debemos también ser la sonrisa de nuestro cliente, el trato amable y cercano con la gente mayor, el punto de reunión de los vecinos.

Toda empresa debe estar en sincronía con el medio ambiente

Si la parte social es importante, no lo es menos la parte medio ambiental. El ser humano, aunque nos hayamos olvidado, está conectado intrínsecamente con la naturaleza. De la Tierra venimos y a la Tierra volvemos; como mínimo este es el camino que seguirá nuestro cuerpo físico.

Y no solo estamos conectados a la Tierra como seres humanos, sino que estamos conectados mediante sus recursos. No podemos hacer ni producir nada que no hayamos cultivado o extraído de la Tierra. Solo por esta sencilla conexión, deberíamos honrarla y respetarla, y no tratarla como si fuera nuestro gran vertedero.

Por ello es vital que la empresa debe saber qué pasa con todos los materiales que extraemos de la Tierra, en que se convierten y dónde acaba su ciclo de vida.

¿Y cómo podemos tener este tipo de empresas?

La solución para mi es muy sencilla. Aplicar el marketing sostenible, la ciencia y arte que nos permite crear empresas con propósito, desarrollar productos y servicios que tengan valor real y se rijan bajo los principios de la economía circular, y estar ligados con el ciclo natural de la Tierra. Y, muy importante también, que sean viables económicamente. Podéis leer más sobre el marketing sostenible en este artículo que publiqué hace un tiempo

Sólo de esta forma crearemos organizaciones y empresas que valgan la pena, tanto para la sociedad como para el medio ambiente

Guillem Bargalló Torrent es especialista en marketing digital y sostenible, y creador de El Bien Social, el portal dedicado a la promoción de ideas, empresas y proyectos sostenibles

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