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LA ECONOMÍA CIRCULAR ES POSIBLE

Hoy queremos compartir con vosotros un artículo de Marià Moreno, Doctor en Economía y Cofundador de “Group 381”, un espacio de difusión sobre el concepto “Cradel to Cradel”, en pro de la Economía Circular. El artículo que compartimos se titula “La Economía Circular”, un mensaje esperanzador que compartimos totalmente desde eco-circular.com. Marià Moreno nos explica que es posible implantar la Economía Circular a partir de  siete elementos esenciales de las empresas.

1  Comprender: Cada vez más, en todas partes, un número mayor de personas se preguntan qué pueden hacer ellas en la tarea de luchar contra el Cambio Climático. Ciertamente pueden hacer mucho, su actitud y actuación es ya decisiva, especialmente en lo que respecta a su consumo. Y al mismo tiempo es igual de importante la acción de la empresa, en tanto que agente responsable de suministrar los bienes y servicios que necesitamos. En este mismo instante, abrazar la Economía Circular es la gran decisión que deben tomar las empresas para convertir palabras en hechos, para transcender la retórica de la “preocupación medio ambiental” al convertirla en un emocionante y saludable activismo, para que sean también protagonistas de la acción contra el Cambio Climático y dejen, de una vez, de ir a remolque de ella. Naturalmente, para eso es necesario primero comprender cuál es la propuesta de la Economía Circular. Sin duda, un buen primer paso es conocer lo que nos muestra la Web de la Fundación Ellen Macarthur.

¿Es posible diseñar una camisa considerando que todos sus componentes, absolutamente todos, también los botones, cuando acaben su primer ciclo de vida (o uso) puedan ser incorporados a otros productos y después a otros, de forma que conserven su valor y utilidad indefinidamente?

¿Es posible que la Naturaleza sea siempre, nuestro modelo, nuestra medida y nuestra mentora? (Biomímesis, Janine Benyus) Qué hagamos lo misma que ella hace, generar e introducir en el ciclo de vida solo aquello que ya siempre se va a mantener en él.

Comprender la Economía Circular significa tomar conciencia de que ahora sí tenemos un alternativa real y al alcance de nuestras manos, que podemos abandonar la idea de “usar y tirar” y abrazar la de “usar y recrear”.

 2  Comunidad: La Economía Circular nos pide que seamos profundamente humanos al ser profundamente naturales, integrándonos en el mismo ciclo que la Naturaleza nos propone una y otra vez con cada nueva cosecha. Si podemos comprender que no estamos condenados a ser depredadores sino legítimos co-creadores, el Planeta, y nosotros con él, puede sentir que la luz de la esperanza no se extingue. Nos atrevemos a afirmar que la Madre Tierra ya siente esa vibración en cada nuevo proyecto, pequeño o grande, relacionado con la Economía Circular que una empresa, grande o pequeña, decide poner en pie. La Economía Circular demanda diseñar productos y servicios de forma que pueda repetirse, tan indefinidamente como sea posible, el proceso de fabricación, restauración y reciclaje de modo que “todo”, los componentes y los materiales recirculen www.ellenmacarthurfoundation (principios economía circular). La clara expectativa es que esa recirculación lo sea para siempre o muy cerca de ello. Desde luego, no es una utopía, no lo es por cuanto eso mismo es lo que hace constantemente la naturaleza y es lo que podemos ver y contemplar a cada paso que damos en ella. La naturaleza “no da puntada sin hilo”, no crea ni genera nada que no pueda ser aprovechado por ella misma cuando se la contempla como un conjunto. Y una cuestión clara es que ese “aprovechamiento” no es siempre exclusivo del individuo portador del recurso. La naturaleza siempre comparte, colabora, a veces muy de cerca y en otras ocasiones salvando distancias increíbles, es por eso que podemos concebirla como una real e inmensa comunidad. Esta es la nueva oportunidad para las empresas, si dejan de comportarse como un ser concebido y dominado tan solo por el “gen egoísta”. Construir comunidad, sabiendo que ya ningún producto ni servicio puede dar “puntada sin hilo”, nada puede ser ya legítimo tan solo por sí mismo y un magnífico todo debe ser concebido para que sus partes sean útiles allí donde se crean, y en cualquier otro lugar donde la vida pueda ser recreada, si un neumático mezclado con arena sirve para hacer carreteras, esto nos dice que podemos seguir y seguir imaginando como podemos crear para recrear. Convertir cada empresa es un miembro saludable y eficiente de una comunidad que se concibe a sí misma como un agente integrado, en el que componentes y materiales circulan para ser constantemente regenerados y donde, y esto es fundamental, los beneficios son para todos sus miembros. No hay comunidad sin beneficios compartidos de la misma forma que no la hay sin propósito en común. La comunidad empresarial del siglo XXI se define como un lugar de encuentro y trabajo en común, desde el que las empresas luchan contra el cambio climático generando beneficios tanto materiales como inmateriales al hacerlo. Un lugar donde razón y emoción se dan la mano para generar sentido. Es un hecho que las diversas opciones económicas globales que se manejan para ese futuro inmediato que necesitamos, contienen no pocos interrogantes. Quizás uno de las más importantes sea la posibilidad de mantener el nivel de bienestar actual, un bienestar que, además, debe hacerse extensivo a la enorme cantidad de personas que todavía ni se acercan a lo que en este parte del mundo consideramos como “normal” o “corriente”.

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Empieza a ser una realidad palpable la profunda transformación en nuestros hábitos de consumo, de forma que está pasando a interesarnos vivamente el ciclo integral del producto (cómo se ha hecho, cómo lo consumimos y cómo se regenerará después). Esa voluntad es el acicate indispensable para que las empresas quieran cubrir nuestros nuevos requerimientos, para proponernos productos diseñados y realizados “de la cuna a la cuna” (Walter Stahel).

3  Esperanza: La Economía Circular aporta el paso decisivo, la plena conexión entre el deseo de un consumidor comprometido con su Planeta y unos productos y servicios que también lo están. La Economía Circular es el necesario “paso industrial”. La persona consumidora no puede rechazar, sin más, un producto que contiene elementos contaminantes sin remedio, si no encuentra una alternativa en ninguna tienda. Lo que sí puede hacer es elegir decididamente productos alineados con la lucha contra el cambio climático, lo hará, ya lo está haciendo. Es, entonces, la industria, la empresa, quién sí puede y debe hacer que esos productos existan, que sean una opción accesible, en todos los sentidos, también en su precio. Por eso la Economía Circular es portadora de esperanza. La esperanza de que es posible la idea de una humanidad viviendo en armonía con la naturaleza en un marco de bienestar para todos los seres humanos. La Economía Circular se postula como la punta de lanza de la Lucha contra el Cambio Climático, y su efectividad requiere de la acción consciente de dos grandes actores, la persona consumidora y la Marca, la empresa. Sin consumidores conscientes será difícil que la cantidad necesaria de organizaciones empresariales modifiquen sus conceptos productivos, y si esas empresas no lo hacen, esos mismos consumidores no encontrarán lo que desean.

4  La Marca: La Economía Circular no opera en el vacío, lo hace en un marco concreto, el de una empresa y por tanto debe ser capaz de generar utilidades, de contribuir a los  objetivos generales de la Marca. La opción por la Economía Circular combina la razón que posee la eficiencia y la satisfacción del mercado con la emoción de la creación de un futuro donde ni el Planeta ni sus habitantes se sientan tan amenazados como hoy lo están. Conciliar es el camino permanente, lograr que nada aparezca como opuesto sino como complementario (Erasmo de Róterdam). La obtención de beneficio puede y debe ser el legítimo resultado de las acciones que se orientan al Bien Común, y eso es también así para la Marca cuando lo Comprende y actúa en favor de la Comunidad sembrando Esperanza. La Biomimesis es una fuente inspiradora de la Economía Circular y la Lucha contra el Cambio Climático. Su impulsora, Janine Benyus afirma: “El primer nivel es imitar la forma natural. Pero se puede acceder a un segundo nivel, que es cuando se imita el proceso natural. Y un tercero, copiando el funcionamiento de los ecosistemas”. (Wikipedia-Biomimesis)

5  Naturaleza: La Biomimesis sostiene que utilizando la naturaleza como fuente de inspiración, es posible desarrollar nuevas tecnologías innovadoras para resolver aquellos problemas humanos que la naturaleza ha resuelto. Utilizar a la naturaleza como modelo, que ella sea la medida del estándar ecológico para la sostenibilidad de nuestras creaciones al tiempo que nuestra mentora fundamental, muy lejos de lo que ahora es: una mera proveedora a la que explotar sin miramientos. Aceptar todo esto, nos sitúa en el auténtico punto de inflexión de nuestro desarrollo como especie. Desde la generación de una agricultura tecnificada (en torno 5.000 a.c.), el desarrollo del ser humano se ha visto jalonado por una permanente acción de domesticación de su entorno, baste, en este sentido, reseñar la obsesión por disfrutar de la misma temperatura durante todo el año sea cual sea el ciclo natural que se esté desarrollando. En esa carrera, incluso, lo “natural” ha sido considerado en no pocas ocasiones como antiguo o atrasado. La misma ciencia, tan preocupada de una parte por alargar la vida del ser humano, no ha dudado en proveer de conocimientos que literalmente embestían contra cualquier equilibrio ecológico (el plástico tarda 500 años en desintegrarse). Y sin embargo es evidente que la naturaleza lleva una enorme ventaja sobre la especie humana en lo que a perdurabilidad se refiere, y eso debe convertirse en una apelación directa al desarrollo de nuestra humildad, y al fin de nuestra ciega soberbia creacionista de bienes tan carentes de sostenibilidad como las sociedades que los consumen.  De la mano de propuestas como las que formula la Biomimesis y el impulso de la Economía Circular, quizás podamos dotarnos de la necesaria humildad para, antes de inventar nada, preguntarnos si la naturaleza ya nos está mostrando cual es el camino correcto, el que de verdad impulsa nuestro desarrollo.

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6  Personas: Lo obvio no admite mayor discusión: Todo lo hacen personas, y por supuesto es así en la Economía Circular. Su construcción requiere que las personas deseen colaborar con ella porqué reconocen que es un instrumento vital en la Lucha contra el Cambio Climático. Y eso lo tienen que hacer las personas de “dentro”, en la empresa, y las personas de “fuera”, las personas que compran los productos, en la tienda. Instaurar una nueva forma de relación con el Planeta nos pide que cambiamos muchas de las cosas que hacemos. La primera y evidente es en la forma de generar los productos y servicios, y por tanto son las personas de “dentro” las que deben comprender la necesidad de aceptar esos cambios, y para ello deben ser atendidas y acompañadas ante cada una de las novedades y las exigencias que comportan, desatender a estas personas es también desatender el proyecto circular que protagonizan. Hay que ganar su colaboración, no su reacción. Podemos pensar que las personas de “fuera” asumen la responsabilidad de devolver al círculo la parte que no consumen de los productos que adquieren, esto es cierto, pero todavía tienen una responsabilidad mayor: renunciando a sus acostumbradas “comodidades” como los prácticos envases de plástico, deben exigir a las empresas otras fórmulas para la composición del producto, para su embalaje o el medio a través del que se les hace llegar. La Economía Circular necesita tanto de personas que comprendan que todo debe ser hecho de otra manera y quieran dar lo mejor de sí mismas para lograrlo, como de personas que decidan que ya no quieren adquirir nada que, ni de cerca ni de lejos, siga contribuyendo a que el futuro no exista. La persona que genera productos es la misma que los compra y consume, son dos de los roles que puede asumir. Combinarlos a través de su acción consciente es la única forma real de abordar una lucha que, ahora mismo, estamos lejos de ganar.

7  La Verdad: Que todo sea Verdad, que el desarrollo de la Economía Circular la contenga en todo, y que con ella pueda demostrar que es el auténtico recurso decisivo de la empresa en la Lucha contra el Cambio Climático. Esta serie de siete entregas sobre la Economía Circular, ha tratado de aportar lo que son otros tantos elementos esenciales en torno a la implantación efectiva de proyectos relacionados con ella. Hemos intentando apuntar alguna reflexión sobre: Comprender, Comunidad, Esperanza, Marca, Naturaleza y Personas, pero todos estos elementos pueden perder gran parte de su poder, hasta resultar poco o nada relevantes, si la acción que invoca la Economía Circular y sus consecuencias no está enteramente dotada de Verdad.

En unos mercados donde a nadie le extraña la reiterada presencia de la falsedad, la aparición de la Economía Circular posibilita cambiar las reglas en favor del interés común. Es una oportunidad para que la Verdad se abra paso, convirtiéndose en la gran conciliadora entre quienes ofrecen productos y quienes los consumen. Es una oportunidad para su reconocimiento mutuo, para que un producto sea también la expresión de un compromiso compartido con todos los que ya están aquí, y todos los que están por venir. Haciéndolo lejos, muy lejos, del eslogan propagandístico, sino desde lo que genuinamente es.

Fuente:

kjknh

Marià Moreno

Doctor en Economía y Cofundador de “Group 381”

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