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La Dieta Eco-Circular

En la publicación de hoy te queremos presentar la Dieta Eco-circular o lo que es lo mismo una dieta que protege el medio ambiente, que reduce tu huella ecológica, que es baja en carbono, que piensa en el consumo justo y también en tu salud.

La dieta Eco-circular nos beneficia enormemente a todos y, lo que es muy importante, a nuestro planeta. Hemos seleccionado todas aquellas prácticas culinarias, consejos y hábitos que hemos considerado interesantes, para ponerlos en práctica desde hoy mismo. Si te interesa el medio ambiente y tu propia alimentación, te recomendamos que no dejes de leer este artículo.

Antes de empezar a explicar la Dieta Eco-circular, queremos dejar claro que no se trata de ningún régimen para adelgazar sino de una filosofía de vida, que se preocupa de los procesos de alimentación, de la calidad de los productos y de reducir la contaminación que pueden generar los alimentos en todas sus fases.

Para conseguir una dieta baja en carbono, que reduzca nuestra huella ecológica es imprescindible invertir en productos frescos, que no tengan envase o bien que sea el mínimo posible y rechazar aquellos alimentos que sean procesados. También es importante contar con productos ecológicos, siempre que podamos, para evitar la utilización de productos y conservantes químicos en el medio ambiente. Bajar nuestro consumo de proteína animal es otro factor que ayuda al medio ambiente así como la forma de hacer la compra, que puede invertir enormemente si invertimos en productos de origen local y de temporada. Todas estas peticiones las vamos a ir explicando a lo largo del artículo de hoy, que pretende promover una alimentación Slow Food.

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El objetivo de la Dieta Eco-Circular es provocar una alimentación sensata y sostenible, teniendo un consumo totalmente responsable, conociendo las consecuencias del mismo.

Cambios en tu alimentación para ayudar, y mucho, al medio ambiente

  1. Sustituye el arroz por cualquier otro grano entero como el pilaf de amaranto, el mijo o el teff, que se cultiva principalmente en Etiopía y puede tener un sabor casi similar al chocolate. Todos ellos requieren menos insumos agrícolas(Materiales que comprende a plaguicidas de uso agrícola, fertilizantes y abonos, semillas y material de propagación vegetal, agentes y productos biológicos para el control de plagas, productos de uso veterinario y alimentos para animales) y están relativamente libres de enfermedades de las plantas. Este pequeño cambio en nuestra dieta puede salvar el medio ambiente y cuidar tu salud, ya que para el cultivo de arroz se utilizan productos químicos que  generan un gran impacto ambiental, entre los que se pueden destacar:
  • La contaminación del agua,  provocando la muerte de peces y otros animales acuáticos.
  • Generación de  grandes cantidades de gas metano: la inhalación prolongada de este gas puede causar asfixia y reducir los niveles de oxígeno en el aire, dando lugar a efectos nocivos en las personas que lo inhalan.
  1. Deja de consumir aceite de palma. El aceite de palma se encuentra en muchos de los productos existentes en el mercado, pero por su alto contenido en grasas saturadas y por la forma insostenible de su cultivo no es recomendable para la salud y el medio ambiente. Es imprescindible abandonar este tipo de aceite porque tiene consecuencias altamente nocivas para el medio ambiente:
  • Incremento de los incendios forestales y de las emisiones de CO2
  • Tala indiscriminada de árboles.
  • Reducción significativa de la población de orangutanes en el mundo.

Hay aceites mucho más saludables para nosotros y para el medio ambiente, como el aceite de aguacate, el aceite de oliva o el aceite de coco, que aguanta altísimas temperaturas sin quemarse.

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  1. Baja el consumo de proteína animal y los lácteos

Según el Grupo de Trabajo Ambiental, el cordero, la carne de res, el queso, la carne de cerdo y el salmón son los peores enemigos de la tierra ya que:

  • En la producción de subproductos industriales de animales bovinos como vacas y ovejas, se emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera
  • Para la cría de estos animales se requieren grandes cantidades de pasto, lo que ha generado disminución en las zonas boscosas.

Además, la producción de carne utiliza más de 10 litros de agua, para una caloría de alimentos en comparación con otros tipos de alimentos, como por ejemplo las frutas, que requieren aproximadamente dos litros de agua. Por su parte, las verduras requieren de un litro y los granos de medio litro. Con esto no estamos diciendo que no puedas comer carne o lácteos, pero sí te explicamos que efectos produce sobre el medio ambiente, si hacemos un consumo excesivo de ello. La agricultura y la ganadería más intensivas dependen de maquinaria y productos de síntesis que son nocivos para el entorno y la biodiversidad pero que, además, requieren más energía para fabricarse y aplicarse que los sistemas ecológicos o tradicionales. Se calcula que la agricultura y la ganadería intensiva son responsables del 7 % del carbono de la atmosfera. Para fabricar una tonelada de fertilitzante sintetizado por los humanos son necesarias entre 4 y 6 toneladas de petróleo.

En cambio, la agricultura ecológica utiliza un 50 % menos de energía que los sistemas convencionales. Producir un litro de leche ecológica consume un 25 % menos de energía que producirlo con sistemas de ganadería convencional.Para mantener un equilibrio en el sistema ambiental se recomienda, elegir proteínas más sostenibles, como las aves de corral y los granos.

  1. Consume más mijo

Cereales como el mijo son mejores para el ambiente y para tu salud, porque no contiene prolaminas tóxicas y reemplaza gran cantidad de los nutrientes de los alimentos con gluten. Entre los principales beneficios de este cereal para el medioambiente se encuentra:

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  • Requieren menos cantidades de agua que cualquier otro cultivo de cereal
  • Este cereal se caracteriza por un crecimiento bastante rápido, con alta resistencia contra plagas y además puede soportar cambios bruscos de temperatura.

De este modo, el mijo es ideal para mantener una buena salud debido a que posee un alto contenido proteico y es muy rico en energía, lo que resulta ideal para los desayunos.

Más ideas para reducir tu huella ecológica en la alimentación

  • Tapa las cazuelas cuando cocines. Desperdiciarás menos energía y se cocinará más rápido.
  • Evita usar el horno. ¡Consume un montón de energía!
  • La olla exprés es tu gran aliada. Puede que los alimentos no sepan igual que cuando cocinas a fuego lento, pero se tarda menos en cocinar y, por lo tanto, el consumo energético es menor.
  • Si has comprado productos frescos de más y no vas a comértelos antes de que se estropeen: cocínalos, mételos en una fiambrera a poder ser de cristal, para reducir el consumo plástico, y directos al congelador.
  • Cocina sólo lo que vayas a comerte.
  • Si sois pocos en casa, puedes cocinar para varios días de una vez y conservar la comida en el congelador.
  • Si te quedan sobras de una comida hay dos opciones:
  1. Junta todas las sobras de varios días y haz una comida especial de restos, tipo croquetas, canelones…
  2. Mételas en una fiambrera y al congelador para comértelo más adelante
  • ¡NUNCA JAMÁS TIRES COMIDA! Solo lo harás si está en mal estado. Este será tu mantra, tu credo o cómo quieras llamarlo.
  • Coloca los alimentos en el frigorífico, según la temperatura que necesiten para conservarse en buen estado y procura no meter frutas y verduras húmedas, ya que pueden pudrirse.
  • Si tienes que conservar la comida o bebidas en el frigorífico, intenta no utilizar envoltorios plásticos ni papel de plata. Los recipientes de cristal son ideales.
  • Si cocinas con aceite (el de oliva es de los más saludables), jamás lo tires por el desagüe o directamente a la basura. Tienes las siguientes opciones:
    1. Llevarlo a un punto limpio.
    2. Hacer jabón casero.

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En resumen:

– No comer en exceso, evitar el desperdicio de basura y priorizar el consumo de alimentos vegetales reduce nuestra huella de carbono.

– Escoger alimentos frescos (no envasados ni procesados), de cultivo próximo y de temporada significa escoger alimentos de menor huella ecológica y seguramente más sabrosos.

– La producción de alimentos ecológicos es más respetuosa con el medio y utiliza menos recursos y energía.

– Intentar cultivar algunas hortalizas o verduras ayuda a valorar la comida, es educativo y permite llevar a la mesa alimentos frescos de baja huella.

Cuidando de tu alimentación serás un humano sano, reducirás la producción de desperdicios, el consumo energético, las emisiones a la atmósfera y favorecerás la conservación de la biodiversidad. ¡Todo ventajas!

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